El pequeño al agua
Lo tengo claro. En esta vida aprendes muchas cosas si prestas atención. Todo ocurre muy rápido y en un abrir y cerrar de ojos todo se desvanece. Aunque hay algunos que, como yo, apuestan siempre por ser el más rapido pero no, no es suficiente. Existen veces donde ganar solo te premia por ser el número uno pero ser el segundo, el tercero o el décimo es mejor que ser el primero. Valorar el esfuerzo, la valentía o la constancia es algo sublime. Quizás sea por intentar dar todo cuanto tienes o porque no quieres defraudarte a ti mismo. Quien sabe…
Siempre creo que la vida es como cuando eres pequeño y te han metido en una piscina, algunos querrán salir de inmediato, otros pensarán -que hago yo aquí- y habrá un grupo reducido de bebés que dirán -si nos han metido aquí es por algo- así que ya puestos dentro del agua, vamos a exprimir todo o a sacar partido intentando hacer lo que se pretende. Si lo consigues, mejor que mejor pero sino, lo habrás intentado con todas tus fuerzas. Quizás entiendas que no sirves como nedador olimpico pero una experiencia más es lo que ganarás.
Sí, si te han tirado con un flotador realmente feo es porque aproveches el momento, como en la vida. Si la vida te deja detalles importantes pero pequeños, cógelos porque se irán en menos de lo que pienses. Hemos venido a jugar, a jugar con nuestro flotador. Es un flotador que recoje nuestros andares, nuestras cosas, nuestros haceres; todo aquello que nos pertenece y que va con nosotros.
Me repito eso de vez en cuando porque el partido acaba de empezar y para llegar al ultimo minuto aun queda tiempo para demostrar que el partido puede ser interesante. Como el recorrido que te ofrece la vida.